lunes, 7 de febrero de 2011

Si sabes contar; no cuentes conmigo.

He dejado de corregirme cada dos por tres, vuelvo a las andadas, a volver a estudiar los libros cerrados, a llegar borracha a casa. Me enciendo lo verde y tiro palante, ya no hay perro que me ladre ni zorras que me hagan llorar. Estoy hasta los cojones de la gente sin vida propia, de tu mierda de mentiras, de las putas matemáticas, del Sol que no deja de salir después de cada noche que no quiero que acabe. Esto aquí no acaba, todavía quedan muchas bocas por cerrar. Que Dios reparta suerte, porque como reparta justicia vais todos listos.

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